Luigi Serafini (nacido en Roma, el 4 de agosto de 1949) es un artista, arquitecto y diseñador. Es conocido por crear el Codex Seraphinianus, una enciclopedia ilustrada de cosas imaginarias en un idioma inventado.
El libro fue editado en 1981, gracias a un curioso personaje: Franco María Ricci, erudito y aristócrata italiano, considerado uno de los mejores editores del mundo de obras de arte y bibliofilia
El libro fue editado en 1981, gracias a un curioso personaje: Franco María Ricci, erudito y aristócrata italiano, considerado uno de los mejores editores del mundo de obras de arte y bibliofilia
Entre 1976 y 1978, el arquitecto italiano Luigi Serafini creo el famoso “Codex Seraphiniaunus”, un extraño y perturbador libro ilustrado de más de 400 páginas, con apariencia de libro medieval de carácter científico, pero que, realmente, se trata todo de una invención maravillosa y onírica acerca de un mundo ficticio
Con claras influencias del surrealismo de Dalí o de la fantasía simbólica de El Bosco, Serafini crea una especie de enciclopedia en la que trata un sinfín de temas, que van desde la botánica y la zoología hasta los deportes y el folklore de ese mundo imaginado. Y todo escrito en ese extraño idioma inventado, que durante años ha sido objeto de estudio de algunos criptógrafos y lingüistas, sin que nadie, hasta ahora, haya podido encontrar algún tipo de código.
La obra de ese escribano contemporáneo fue puesta a la venta por 160.000 liras, que entonces correspondían en Italia a la mitad del salario de un funcionario, y en pocos meses desapareció de las librerías. Los compradores de ese tratado fantástico eran tanto estadounidenses como europeos, asiáticos o latinoamericanos. Porque el libro carecía de texto escrito en un lenguaje convencional, y por esta razón cualquiera podía comprenderlo...

Cuando empecé a pensar en la lengua que había de acompañar las ilustraciones, me di cuenta de que estaba saliendo ella sola del lápiz" De todas formas, creo que tiene elementos estéticos del alfabeto árabe, de la escritura cuneiforme y de algunas lenguas muertas"




El búlgaro Iván A. Derzhanski, catedrático de la Universidad de Plovdiv, asegura, por ejemplo, haber encontrado la clave para interpretar el sistema numérico que marca las páginas del Codex, que se desarrollaría a partir de la cifra 21.
Algunos han creído ver en esa lengua serafiniana incluso un mensaje alienígena, y han convertido el Codex en una especie de biblia de la criptografía. En Internet hay decenas de páginas web y blogs de apasionados que intentan descubrir el significado oculto del Codex, como si nos encontráramos en un cuento fantástico. Pero la realidad es más sencilla y, a pesar de todo, resulta más misteriosa que la ciencia-ficción.


La obra de ese escribano contemporáneo fue puesta a la venta por 160.000 liras, que entonces correspondían en Italia a la mitad del salario de un funcionario, y en pocos meses desapareció de las librerías. Los compradores de ese tratado fantástico eran tanto estadounidenses como europeos, asiáticos o latinoamericanos. Porque el libro carecía de texto escrito en un lenguaje convencional, y por esta razón cualquiera podía comprenderlo...
Cuando empecé a pensar en la lengua que había de acompañar las ilustraciones, me di cuenta de que estaba saliendo ella sola del lápiz" De todas formas, creo que tiene elementos estéticos del alfabeto árabe, de la escritura cuneiforme y de algunas lenguas muertas"
Decenas de expertos en lingüística han intentado, sin éxito, descifrar ese lenguaje. Algunos estudiosos lo vinculan al relato Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, esa intricada representación del cosmos escrita por Borges en 1941, y lo comparan incluso con el llamado manuscrito Voynich, un misterioso libro ilustrado escrito hace unos 500 años por un autor anónimo en un alfabeto irreconocible.
Hay gente que no me cree, gente que dice que he sido raptado por unos marcianos y otros que se arrancarían el pelo por encontrar una secuencia matemática en esa lengua”, dice Serafini con serenidad. “Pero no hay nada de todo eso. Yo soy firmemente laico y, sin embargo, creo en el arte. Si nos detenemos a mirar una pintura de Velázquez, vemos decenas de enigmas, misterios incluso indescifrables. Lo mismo ocurre con esa escritura que, de repente, me inventé. Se trata de una visión, de un lenguaje soñado. El misterio, para mí, consiste sencillamente en el acto artístico
"Y es que en realidad", recuerda Serafini, "el sistema numérico es lo único que sí se podría interpretar. Lo desarrollé conscientemente en función de no sé qué variable. Para mí tenía un sentido, pero después me olvidé de todo".
El cineasta estadounidense Tim Burton posee varias copias, así como el músico Danny Elfman. Acerca de él han escrito el semiólogo Roland Barthes y Federico Fellini. Centenares de bibliófilos y coleccionistas hoy llegan a pagar 19.000 dólares en ebay por algunas impresiones limitadas (como la de la editorial estadounidense Abbeville) o por la primera edición de Franco Maria Ricci, quien hace dos años se retiró para construir un enorme y majestuoso laberinto en la campiña de Parma.

Serafini jamás quiso explicar nada sobre esta curiosísima obra. Aunque en su testamento dice que será explicado cuando fallezca…
Fuente: http://vivalasopa.blogspot.com/2011/01/codex-seraphinianus.html
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